martes, 22 de febrero de 2011

VISION DOCENTE SOBRE LA EDUCACION SUPERIOR EN NICARAGUA(*)

VISION DOCENTE SOBRE LA EDUCACION SUPERIOR EN NICARAGUA(*)
Fredy Franco, Secretario General FEPDES-ATD
Exposición en el II Congreso Nacional de Educación Superior, Managua 22-24 Febrero 2011.
CONTEXTO ACTUAL Y PAPEL DE LA EDUCACION SUPERIOR
Estamos convencidos del papel que la educación superior puede jugar como factor de desarrollo en condiciones en que los tiempos históricos y científicos se aceleran vertiginosamente, aunque, por otro lado, también se aceleran la desigualdad y la pobreza en el mundo; se profundiza el deterioro medio ambiental, la crisis económico-social a nivel global y el surgimiento de nuevas enfermedades que exigen respuestas igualmente globales, consistentes y sostenibles, en la que los Estados y también las instituciones universitarias, deben tener un rol central para crear un mundo mejor para todos y todas, sostenible y habitable.
Ese papel implica seguir jugando el papel académico, educativo y científico que le corresponde, haciéndolo cada vez con más calidad y pertinencia, ajustando sus funciones a los requerimientos estratégicos del desarrollo humano integral, a la formación de las capacidades científico-tecnológicas y de auténticos valores humanísticos en función de formar ciudadanos y profesionales con sentido crítico, y con voluntad plena de servicio público, no reduciendo la formación profesional al logro de la empleabilidad ni subordinarla exclusivamente a las demandas del mercado ni de los intereses de las grandes transnacionales. La Universidad debe formar cuadros técnicos y profesionales altamente competentes para la nación y el desarrollo e integración de nuestros pueblos.
El modelo neoliberal surgido desde inicios de los años 80 del siglo XX en los Estados Unidos e Inglaterra, poco a poco se impuso y se extendió en el resto del mundo, sobre todo en los llamados países del tercer mundo, eso se hizo evidente al quitarle al Estado el papel central en el desarrollo, imposición del mercado como la supuesta panacea para resolver todos los males, la imposición de la ideología y conceptos neoliberales, la privatización en casi todos los ámbitos de la vida, incluida la educación. La educación superior desde aquel momento fue afectada por estos procesos sobre todo en la reducción del financiamiento público, la afectación de los derechos de los trabajadores universitarios, una tendencia perversa de precariedad laboral y un fuerte acento de la mercantilización de la educación superior y en consecuencia un crecimiento vertiginoso de las universidades privadas con poca regulación y control de su calidad.
El contexto de globalización obliga a las instituciones de educación superior a un mayor intercambio académico e inversión científica, evitando que la educación superior se  mercantilice; al contrario deben promover una relación solidaria y complementaria en el concierto internacional, asumiendo lo mejor de los desarrollos científicos y pedagógicos actuales en el mundo sin perder la perspectiva de lo pertinente y contextual de las funciones universitarias en los ámbitos locales, nacionales y regionales.
LA EDUCACION SUPERIOR BAJO PRINCIPIOS RECTORES
1-Se debe consolidar el papel de nuestras universidades bajo los preceptos de la educación superior como un bien público y social, como un derecho humano fundamental, sin fines de lucro, orientando y asegurando su misión por el desarrollo integral de la sociedad y la nación.
2-Defendemos como principios también los preceptos de autonomía universitaria, libertad de cátedra y democracia universitaria, que implica la participación de los docentes, trabajadores administrativos y estudiantes en la gestión y desarrollo de la educación superior. Defendemos la autonomía universitaria como una premisa y como necesidad fundamental para asegurar, gestionar y realizar las funciones universitarias, como garantía para hacer vida académica y científica rigurosa y pertinente, en vínculo permanente con la sociedad y el Estado, reafirmando y seguir cumpliendo con las obligaciones de rendición legal y social de cuenta.
3-La universidad debe estar abierta al debate público y debe propiciarlo, convirtiéndose en espacio de reflexión, análisis científico de la realidad y constructor de propuestas para el desarrollo social y nacional. El ser conciencia crítica de la sociedad es una obligación que debemos cumplir permanentemente.
4-Se  debe asegurar –y nosotros luchar permanentemente-  para que se cumplan los derechos sociales y académicos de los docentes y se les brinden las suficientes condiciones para que puedan cumplir con sus responsabilidades académicas y científicas.
5-Defendemos el 6% Constitucional como aporte estatal para asegurar el derecho a la educación superior del pueblo nicaragüense, pero como dice la Ley, el 6% es una garantía mínima, por tanto debemos gestionar y luchar además porque se aseguren aportes extraordinarios preceptuado en la misma Constitución Política, para atender de manera cada vez más pertinente y con mayor calidad las funciones fundamentales que le competen y la cada vez más creciente demanda para ingresar a la educación superior.
6-Asumimos el principio de la interculturalidad, reconociendo la diversidad cultural de nuestro pueblo y el compromiso de luchar para que desde el Estado, en su conjunto, y desde las instituciones educativas como la Universidad, en particular, se trabaje para hacer conciencia de la diversidad cultural de nuestro pueblo, establecer un currículo educativo intercultural, se desarrollen contenidos, métodos y prácticas que atiendan y preserven dicha diversidad. La Educación Superior, en particular, debe contribuir al desarrollo de las capacidades y potencialidades de todos, debe posibilitar que se reconozca, respete y preserve la diversidad cultural.
LAS FUNCIONES UNIVERSITARIAS, SU CALIDAD Y PERTINENCIA
Un reto fundamental de nuestras instituciones es el logro permanente de la calidad y la pertinencia. La calidad de la educación superior se refiere a las condiciones óptimas con la que se deben brindar y desarrollar las funciones universitarias y su impacto relevante en el desarrollo humano. Consideramos que la calidad de la educación superior depende de múltiples factores, incluido las condiciones laborales, didácticas pedagógica y de calidad de vida que se le aseguren al docente, igualmente el aseguramiento de las condiciones de infraestructura pedagógica y científica-técnica, incluido el compromiso de toda la comunidad universitaria con la calidad y el desarrollo.
Estamos comprometidos con la calidad de la educación superior, que se asegurará asumiendo un claro compromiso con la calidad, construyendo el marco legal y normativo adecuado y pertinente, creando una cultura de evaluación permanente, sistemática, sistémica y participativa en función del mejoramiento académico, invirtiendo en los recursos humanos, mejorando la calidad de vida de los trabajadores y docentes, asegurando una mejora salarial sustantiva que en el mediano plazo sea similar al promedio centroamericano, fortaleciendo la actualización permanente y la formación posgraduada del personal docente, asegurando los derechos plenos de los estudiantes y -para los procesos de enseñanza-aprendizaje y de investigación-, asegurar todas las condiciones pedagógicas, didácticas y de infraestructura educativa para hacerla realidad continuamente.
Estamos convencidos que la calidad de la educación crecerá en la medida en que crezca la dignificación, el reconocimiento y la calidad de vida del docente, lo que implica –entre otras cosas- hacer atractiva la carrera docente. Ello exige atender prioritariamente los derechos a salario decente, condiciones laborales atractivas, la convención colectiva y la profesionalidad, incluida la formación posgraduada.
La pertinencia se refiere a lo oportuno, adecuado, necesario y efectivo de la labor universitaria en sus distintos ámbitos, es parte de las exigencias que se nos plantea a la educación superior a nivel mundial y en Nicaragua. La pertinencia implica poner a la Universidad y sus procesos académicos y científicos en función de las necesidades del desarrollo integral de Nicaragua y los nicaragüenses y atendiendo las complejidades y oportunidades del mundo actual. La Universidad debe tener más incidencia y debe estar cada vez más comprometida con el desarrollo social, aportando y poniendo todas sus capacidades en función de ese desarrollo, particularmente en el combate a la pobreza y por un desarrollo económico-social consistente, justo y solidario.
Al mismo tiempo, la pertinencia exige poner el currículo universitario, en su contenido, en función de los actuales y futuros requerimientos del desarrollo, pero también con un sentido de formación integral y humanística que se ha ido perdiendo en la formación universitaria actual.
Debemos promover una educación emancipadora y libertaria, una educación en los derechos y en el compromiso social, en la igualdad y la equidad de género y la interculturalidad, que debe estar en correspondencia con nuestra Nicaragua multicultural, multiétnica y multilingüe. Asumimos no sólo el enfoque sino la práctica de género y generacional, la lucha por la igualdad social es la base para hacer posible la equidad de género.
Al mismo tiempo, debemos incidir para que la Universidad impulse con más fuerza la extensión y participación social, en atención a los requerimientos de los distintos sectores del pueblo, priorizando el desarrollo de la educación superior en las Regiones Autónomas y en las localidades más atrasadas del país.
Es necesario incorporar al currículo universitario –esencialmente- la formación humanística e histórica, que contribuya a la formación integral y comprometida de los profesionales formados en la Universidad.
Se debe trabajar por crear una cultura permanente de evaluación académica y por tanto de aseguramiento de la calidad, uno de cuyos instrumentos son los procesos de evaluación y acreditación de instituciones, programas y carreras, en los que debe asegurar la participación, los aportes y la visión de los docentes universitarios.
Debemos seguir trabajando por la articulación del sistema educativo nacional y contribuir con nuestras propuestas para que se creen las mejores condiciones curriculares, educativas, pedagógicas, didácticas y socio-laborales para el aseguramiento de la calidad.
DERECHOS Y DEBERES DE LOS DOCENTES
En Nicaragua como producto de la lucha histórica de nuestro pueblo y de nuestros sindicatos docentes, incluida la FEPDES-ATD, hemos avanzado en los derechos socio-laborales y académicos de los docentes, pero todavía nos falta mucho para equipararnos con el promedio centroamericano, que es nuestra referencia más inmediata. Ello exige atender prioritariamente los derechos a salario decente de todos los docentes incluido los profesores horarios, condiciones laborales atractivas, la convención colectiva y la profesionalidad, incluida la formación posgraduada.
A la par de nuestros derechos, tenemos múltiples deberes –entre otros- la responsabilidad del docente en fomentar el desarrollo integral de los estudiantes, a fin de que lleguen a ser ciudadanos conscientes socialmente y productivos, capaces de contribuir a la sociedad de una forma solidaria, responsable y con conciencia medioambiental, igualmente nuestro responsabilidad permanente con el aseguramiento de la calidad académica y nuestro compromiso por el avance social desde las instituciones de educación superior.
Eso exige también los derechos y obligaciones para participar e incidir en la vida universitaria de manera activa, tal como lo establece el arto. 125 de la Constitución Política. Las Universidades deben ser ejemplos para su real democratización interna, cumpliendo plenamente con los derechos de participación de los tres estamentos universitarios, asegurando y respetando los derechos del docente, incluida la libertad de cátedra. Se debe cumplir y respetar el marco jurídico laboral existente en el país en defensa de los trabajadores y docentes universitarios, incluido los profesores horarios.
Debemos estar atentos, e incidir desde nuestra visión, para que cualquier cambio, ajuste o actualización del marco legal, del currículo y de las normativas o reglamentos universitarios cuente con la visión, los aportes y el consenso de los docentes, independientemente de si la Universidad es pública, privada o comunitaria. Eso fortalece el consenso universitario y por tanto la autonomía y la vida institucional.
En el siglo XXI nos enfrentamos a diversos retos. Un docente más comprometido socialmente, más preparado científica y pedagógicamente, y con las suficientes condiciones laborales y sociales -de calidad de vida- para enfrentarse a los grandes nuevos retos del mundo y del desarrollo del ser humano de esta época.
Este  nuestro II Congreso dedicado a la memoria del Maestro Rigoberto Sampson Granera debe servir para asumir mayores compromisos de cambio con la educación superior en Nicaragua, fortalecerla en su calidad y pertinencia, en su carácter de servicio público y sin fines de lucro, en el logro de un mayor acceso social a la universidad y en asegurarla como referente científico, cultural y tecnológico para el desarrollo integral de Nicaragua, cumplir con esos propósitos es el mejor homenaje que le podemos tributar al Maestro Sampson Granera, ejemplo de vocación de servicio, de dedicación de tiempo completo a la vida universitaria y de compromiso con los sectores sociales más necesitados de nuestro país.  Que su ejemplo nos guie y nos comprometa en este espacio de reflexión que hoy iniciamos.
Muchas Gracias!
(*) Basada en el documento Posición de la FEPDES-ATD sobre la educación superior en Nicaragua.






Fotografías: Edward Dávila, Sergio Larios y María Dolores Álvarez.








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