viernes, 25 de febrero de 2011

¿De qué lado se encuentra hoy el alma mater?




Ponencia en II Congreso Nacional de Educación Superior “Rigoberto Sampson In Memoriam


Managua 22, 23 y 24 de febrero 2011

Por: Manuel Moncada Fonseca*
¿De qué lado se encuentra hoy el alma mater?

I. Formalismos inútiles
Estamos con esta exposición exteriorizando una suerte de síntesis apretada de nuestra visión actual del mundo académico en general, sin hacer referencia específica a ninguna universidad concreta y sin tampoco echar a todas sus instituciones en un solo costal. Trataremos, más  bien, de bosquejar la línea o tendencia dominante entre ellas a escala latinoamericana y global.
Iniciamos nuestra reflexión haciendo referencia a la tendencia al formalismo inútil que observamos en el alma mater.
Presuntamente en aras de su desarrollo, en la línea de desenvolver su quehacer de forma planificada, a las universidades, a sus trabajadores, particularmente a su profesorado, se les somete, en grado creciente, a cargar sobre sus espaldas el llenado de formas de todo tipo que cambian de año a año; formas que se bajan de Internet o que conforman parte de los enlatados que el primer mundo les impone.
Se trata de formas o de procedimientos para cada cosa de la que el docente se ocupa: planificación y preparación de clases; formas organizativas de la enseñanza; fondo de horas destinado a cada actividad planificada, etc. Se le obliga a especificar de qué modo piensa invertir cada una de las horas destinadas para el desenvolvimiento de un semestre académico; las actividades que cada día desplegará  a lo largo del mismo; las reuniones que tendrá en ese lapso de tiempo; las horas de trabajo independiente que debe asignarle al estudiante; las horas de consulta al mismo, etc.
Se quiere, pues, que el profesorado se concentre, más y más, en asuntos que lo distraen grandemente de su función esencial en el plano de la docencia, la investigación o la proyección social. Además, se aplican hormas únicas para docentes de disciplinas muy disimiles con lo que las cosas se complican hartamente; porque un formato puede ser más o menos apropiado para un conjunto dado de asignaturas y resultar por completo inadecuado para otro. Con todo esto, se coartan sus propias iniciativas; se ve reducida su capacidad para responder a contingencias; para improvisar o modificar, según las circunstancias presentes, lo que tenga planificado o previsto de antemano.
Peor aún, con estas prácticas impuestas a la academia, el docente ésta lejos de basarse en su propia experiencia para avanzar; de este modo, se ve obligado a adoptar las experiencias ajenas, mismas que, cuando comienzan a asentarse en su propio quehacer, rápido se ven sustituidas por algo nuevo que tampoco obedece a su experiencia.
Así las cosas, el instrumento, procedimiento o forma, en grado creciente, se convierten no en medios que contribuyan a que el docente se desenvuelva con mayor eficiencia, sino en fines en sí mismos que no conducen a nada, más que a aparentar progreso. En este sentido, concordamos con lo que leemos en una reflexión, en la que se sostiene que, en el mundo académico, “[…] se le da mayor valor y relevancia a los aspectos accidentales que a los esenciales, a los formalismos que a los contenidos.” (1)
II. ¿Supuesto o realidad?
Se llama a la educación universitaria educación superior. ¿Pero merece llamarse tal? ¿Son acaso inferiores los saberes ancestrales de los pueblos? ¿Estamos ante un desconocimiento de la sabiduría campesina? Si no es así ¿qué se quiere significar con semejante afirmación? En internet encontramos un comentario al respecto que creemos más que justificado; algo que, por cierto, nosotros mismos nos hemos formulado: “¿Si existe […] la educación superior, también existe la educación inferior?”(2)
A la universidad se le llama igualmente conciencia crítica de la sociedad. ¿Pero de dónde viene este supuesto? ¿No es expresión de vanidad mantener semejante aseveración tan absoluta? Pensamos que, si sabe jugar debidamente su papel, ella se puede convertir en una institución que coadyuve al desarrollo social notablemente; pero jamás puede jugar este papel cuando se niega a ser parte activa de los anhelos y luchas de los pueblos por su emancipación social; pese a lo consustancial que esto resulta, hoy, con la preservación del medio ambiente y de la vida en su totalidad.
A nuestro parecer, la conciencia crítica de la sociedad ha sido y es, en lo esencial, praxis de los pueblos, tanto en el plano de la cultura, la producción material y la ética; como en el terreno de la lucha de clases, terreno en grado sumo inaceptable o incomprensible para la academia. No ha sido, pues, asunto de instituciones aisladas, sino de muchos o grandes sectores sociales. Y, en alguna medida, puede serlo de la universidad, pero no creyéndose per se conciencia crítica de la sociedad, sino parte de la misma. Mas, debemos señalar críticamente que, en el devenir histórico, el rasgo distintivo predominante de la educación ha sido su contribución a la preservación de la injusticia social. ¿No es reacción lo que reina en la aplastante mayoría de las universidades europeas, por decir algo? ¿No han servido las mismas de modelo a las del llamado Tercer Mundo? ¿No viene de ellas el Plan Bolonia que no pocos en nuestra región quieren seguir?
III. ¿Formación integral o simple declaración?
Se habla de formación integral, pero esto no pasa de ser, en muchos casos, más que una simple declaración. Debiera decirse que a buena parte de las universidades del mundo, porque se trata de un fenómeno global, ha dejado de preocuparle la educación o formación de personas. Ahora, no pocas instituciones educativas se afanan, mucho más, por la instrucción, por ser modernas, que por ser, en verdad, humanistas. Todo porque, siguiendo perversas directrices (como las del Plan Bolonia), han abandonado la generación, profundización, rescate y difusión del conocimiento, sin que ello signifique que tengan que convertir estos asuntos  en componentes únicos del currículo. De esta suerte, su quehacer está ahora esencialmente orientado a formar seres dúctiles, en la medida exacta que el mercado demanda.
Por ello, se habla de competencias; de asignaturas instrumentales, procedimentales u operacionales. En eso estriba la perversidad del currículo por competencias que, por cierto, en Estados Unidos, llegó como mandato de la Secretaria de Trabajo a la de Educación. Y de la sede del imperio llegó al resto del mundo. No debe extrañar que de las trasnacionales y de personajes nada inocentes como Rodríguez Zapatero surgiera el proyecto de volver empresas a las universidades y viceversa. No pocas cosas, nos vienen así de las metrópolis y no de las experiencias de nuestros pueblos y sus instituciones.
¿Dónde queda, entonces, la autonomía del alma mater? ¿Es solo un asunto respecto a los poderes de una nación, o ello involucra asimismo la preservación de su identidad también respecto a poderes foráneos? Se dirá, al respecto, que a ella no le conviene aislarse y, por ello, es necesario que siga dictados por completo ajenos a su quehacer y, sobre todo, a su identidad.  Se adopta de este modo un plano por entero existencialista, sino peor…
Por lo mismo arriba apuntado, complaciendo a las transnacionales, se habla cada vez más de convertir los centros de estudio en empresas y a sus funcionarios en empresarios exitosos, aunque ello no se declare abiertamente. Por tanto, el capitalista y sus métodos sirven de modelo a seguir. En esa misma línea de pensamiento, a los pequeños y medianos productores -que nada tienen que ver con ese opresor de nuestro tiempo-, desde rato ha, se les viene llamando empresarios, cuando en realidad son pequeños y medianos productores o, más exactamente, como Marx les llamó, productores directos.
No resulta para nada asombroso que, en nuestro país, el principal accionista de un banco privado, evidentemente todo un empresario, fuera invitado como orador principal a un evento universitario en el que se premiara la excelencia académica…
IV. Universidades no deben copiar parámetros ajenos
No creemos fortuito que, en el medio educativo nacional, ya nadie plantee, como lo hacía antes el Consejo Nacional de Universidades (CNU), que las universidades, sin que tengan que renunciar de ningún modo a las exigencias de la ciencia contemporánea, deben definir sus propios parámetros de calidad académica, pero, eso sí, cuidando que ello no las conduzca a una simple copia de los parámetros de las sociedades industrializadas, en las cuales el conocimiento termina reducido a la condición de una mercancía más, sujeta, por consiguiente, a las reglas del mercado. (3)
Tampoco se observa a autoridad universitaria alguna sosteniendo, en términos claramente ideológicos, por ejemplo, que no se puede aceptar “...el concepto ilusorio de integración nacional, en el marco de una sociedad escindida en partes y con objetivos divergentes y contradictorios, con enormes brechas en la realidad del desarrollo y con una dinámica que responde a velocidades diferentes”. (4) 
Justamente desde esta perspectiva, el autor español Miguel Ángel Escotet, al menos en 1992, advertía que la carencia de reflexión ideológica, propia de nuestro tiempo, podría empujarnos a asumir que solo existe una manera posible de entender el mercado, propiamente, la manera occidental. (5)
Consecuentemente, añadimos nosotros, ahora se está asumiendo que ese mismo mercado está llamado a definir lo que deben ser las universidades del mundo entero, lo que se está asumiendo como dogma de fe por una mayoría de ellas.
V. Utillaje conceptual del mercado ocupa la academia
Hemos expuesto insistentemente lo relativo a la invasión conceptual de las universidades por parte del mundo del capital, sus transnacionales y sus mercados globales. Porque es innegable que, hoy en día, el utillaje conceptual de estas fuerzas globales está utilizándose, de forma profusa, en el medio educativo y, lo peor, se acepta como algo natural, necesario e inevitable. Se le toma como demanda de nuestro tiempo. Por lo mismo, hay mucha complacencia con su uso. En razón de esta invasión conceptual, se viene sosteniendo que el imperio del capital está llevando a muchas universidades a privatizar cada vez más su concepción educativa.
A nuestro juicio, resulta al menos sospechoso que se pregone, sin rubor alguno de por medio, por ejemplo, el afán de graduar profesionales competitivos, cuando se sabe, con absoluta certeza, que dicha condición está siendo promovida primordialmente por el imperio y sus instrumentos de dominio. Y las universidades -que presumen tanto de apoliticidad- callan que eso las coloca, políticamente, al lado de la peor de las causas humanas, la del capital globalizado…
VI. ¿De qué utilidad se habla en el mundo universitario?
El asunto de la utilidad de lo que se hace, ocupa hoy en día un gran espacio en las discusiones de la universidad. Ello es, desde luego, algo de suma importancia. Pero acá los sesgos “desideologizantes” se asoman con mucha fuerza. ¿Cómo entender la utilidad? Sin ir muy lejos, digamos tan solo que se pretende marginar del mundo universitario aquello que no sea inmediata o directamente útil o aplicable. Por eso, el desprecio grosero a la filosofía, la historia,  las humanidades y la reflexión en general. En el mejor de los casos, estas cosas se entienden como “relleno”, es decir, como aquello a lo que, por ahora, se le puede dar cierto espacio, mientras llega el momento preciso para barrerlo del mapa. Todo por la negativa a reconocer que más allá de la utilidad inmediata está el sentido o significado real de las cosas que se hacen. Al respecto J. Maritain acota:
“La Filosofía considerada en sí misma está por encima de la utilidad. Sin embargo por esta misma razón, es lo más necesario a los hombres. Les recuerda la suprema utilidad de aquellas cosas que no tratan con medios sino con fines”. (6)
Veamos de modo más concreto lo que acabamos de plantear. Se quiere que los graduados del mundo universitario sean capaces de resolver problemas. Y no hay en ello, en sí mismo, nada malo. Pero no es ese el asunto de fondo. Porque un profesional no es un robot, un androide o una suerte de computadora a la que se le pueda programar para resolver, de forma automática, los asuntos que, en grado creciente, abruman a hogares, comunidades diversas, países enteros, continentes y a la humanidad en su conjunto.
Respondiendo al día a día, todo oficio, como el de agricultor, obrero, artesano, carpintero, fontanero, cocinero, taxista, mecánico, requiere, sin duda, de habilidades, destrezas, competencias, conocimientos instrumentales o procedimentales. Pero ¿quién resuelve con simples procedimientos, operaciones o instrumentos de trabajo, por sofisticados que sean, los grandes problemas que hoy agobian a las comunidades, a las sociedades y a la humanidad en su conjunto?
¿Qué operaciones, procesos o instrumentos pueden eliminar el azote del hambre que agobia a más de mil millones de personas en el mundo, pese a que el desarrollo científico-técnico, así como el potencial productivo alcanzado, pueden hacer posible la alimentación de, aproximadamente, el doble de la población actual de la tierra?
¿Cómo evitar que enfermedades curables afecten y maten a millones de seres humanos en el orbe? ¿O desterrar, de una vez por todas, las guerras que se han vuelto una gran plaga que amenaza a cada vez más y más naciones del mundo, y destruye, en grado creciente, el medio ambiente?
¿Acaso no vale la pena cuestionarse cuántas personas conocen que Estados Unidos, en agosto de 1945, bombardeó atómicamente Hiroshima y Nagasaki, ciudades de Japón; sin que hasta la fecha esta única gran potencia mundial haya reconocido que ello se constituyó en el acto terrorista más grande y brutal hasta ahora registrado; y sin que dicha potencia haya dado muestra alguna de renunciar a semejante práctica? ¿Se puede prevenir que ello ocurra nuevamente mediante simple aplicación de conocimientos? ¿No ha habido científicos entre las personas que se han prestado a estos macabros “juegos” de guerra del Pentágono, así como entre las que se colocan al lado de transnacionales como la Monsanto?
No está demás traer a colación lo que Fidel Castro plantea con respecto al  asunto atómico: “El poder de las armas nucleares existentes hoy es 450 mil veces el de la bomba atómica de Hiroshima, […]. Nos dicen que debemos ser optimistas porque la reducción de armamento nuclear plantea el objetivo de que existan “solo” cuatro mil 500 armas nucleares, pero bastarían cien para acabar con el planeta (…). Hay que empezar a salvar la humanidad ya, nuestra especie se ha encontrado con problemas nuevos y no ha aprendido a sobrevivir”.
Siguiendo su reflexión nos dice: “[…] el fin de la especie puede ser cuestión de un siglo, de décadas, o antes si hay una guerra porque la situación puede provocar una tremenda crisis.” Y continúa: “Me da tristeza cuando veo que a los jóvenes no les preocupa. No estamos educando bien a la gente, veo en la televisión cómo se mezcla la tontería con el anuncio comercial. Tienen enajenada a la gente. Tenemos el deber de informar bien ante una situación como esta que viene”. (7)
Prosigamos.
¿Se puede por simples métodos profesionales, evitar el calentamiento global o el descongelamiento de polos y glaciares? ¿No es ello, acaso, corolario de la cultura consumista,  productivista y guerrerista que el capital le impone al orbe? ¿Cabe superar esto dentro de límites estrictamente científicos? ¿O, digamos, en los marcos de la civilización occidental? ¿No estamos acaso ante algo que requiere de la conjunción de voluntades populares, de estadistas comprometidos en verdad con sus naciones y de diversas fuerzas mundiales (como las que abogan por la paz y la preservación del medio ambiente), para que le hagan frente a los designios del capital antes que sea demasiado tarde?  ¿No va esto más allá de lo inmediatamente útil y concierne más bien a la voluntad política, profesional, religiosa o simplemente humana para salvar no a extraterrestres, sino a nosotros mismos y a todo lo vivo que habita en nuestro planeta?
¿Cómo puede el mundo universitario creer, por ejemplo, que el imperio capitalista, de sello esencialmente yanqui-europeo y nipón, pueda, en verdad, preocuparse por el desarrollo de las naciones empobrecidas, es decir, por aquellas que, a partir de la conquista de territorios a fines del siglo XV, han sido sometidas, como lo siguen siendo hoy, a brutales procesos de saqueo y rapiña que las volvieron y las mantienen tales?
¿O es que se piensa que el subdesarrollo de buena parte de la humanidad deriva de la presunta actitud indebida hacia los asuntos éticos de parte de los pueblos que lo soportan; de su también pretendida carencia de espíritu de superación; del irrespeto al derecho de los demás y de la falta de esfuerzo laboral que les endosan, entre otras cosas; obviando de modo flagrante que en ello interviene de modo decisivo la explotación del hombre por el hombre, el saqueo de las naciones y la imposición de políticas globales que, justamente, crean los abismos de desigualdad existentes en el mundo?
Pensamos, como Leonardo Boff, que las bases del bienestar del Primer Mundo descansan esencialmente en la sangre, sudor y lágrimas de los pueblos de Asia, África y América Latina (8) y no estrictamente en los niveles de educación que ese mundo enriquecido ha alcanzado.
¿Quién puede inocentemente plantear que el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otros grandes instrumentos de ese injusto, arbitrario, peligroso e inhumano sistema imperial puedan, de cierto, tener genuino interés para contribuir al aseguramiento  de un destino digno y seguro para los pueblos?
¿Se puede creer que haya, entre las autoridades universitarias, quienes piensen honestamente que sea posible sacarle provecho a estos instrumentos de la esclavitud moderna, sin que antes sean ellos los del mayor rédito, aunque éste no sea forzosamente material sino ideológico? ¿No hay acaso signos muy visibles por doquier que hablan de la penetración conceptual del BM y del FMI en las instituciones educativas?
¿Cómo puede entonces el mundo universitario seguir pecando de ingenuo creyendo que la inversión en educación en países empobrecidos como el nuestro, proveniente de naciones imperialistas como Estados Unidos, España, Francia, Alemania, Suecia, Suiza o Japón, sea desinteresada o inocua?
No debe apostarse al aislamiento desde luego; se trata, por el contrario, de apostar a la preservación de la autonomía y la identidad del alma mater ante las pretensiones de absorción de la misma por parte del imperio. Lamentablemente, ello se está perdiendo de forma acelerada.
Sino preguntémonos:
¿Por qué se reduce cada vez más el espacio de la formación humanista en el medio universitario? ¿Por qué en él se están desembarazando, abierta o solapadamente, de las asignaturas que se orientan mucho más a ello que las técnico-científicas de las que tanto se presume? Que no se diga que eso no guarda relación alguna con la pérdida de la identidad y la autonomía del alma mater ante los poderes globales, pero también ante los poderes locales antinacionales que se subordinan a éstos.
Sin las humanidades de por medio, tampoco queda espacio para reflexionar de forma sostenida en torno a las cosas que hoy afectan al ser humano en su conjunto, como su desaparición inminente, sino es capaz de frenar el despilfarro de los recursos naturales, el envenenamiento creciente del medio ambiente y las guerras.
Dejando al lado los prejuicios ideológicos que suelen atenazarlo, el mundo universitario debe dejar de cruzarse de brazos ante el hecho, permanentemente lacerante, de unas cuantas transnacionales imponiéndole al mundo lo que debe pensar, hacer, comer, etc. Debe, consecuentemente, cuestionar el inmenso saqueo que las metrópolis modernas practican contra la inmensa mayoría de los pueblos del mundo.
VII. Problema del mundo no es esencialmente tecnológico
Con todo lo expuesto arriba queremos colocar sobre el tapete que el problema esencial del mundo no es, ni por cerca, técnico, sino de relaciones de propiedad que, hasta ahora, no han hecho posible el entendimiento nacional e internacional, sobre todo por el colosal acaparamiento de riquezas en poquísimas manos. Si los problemas del mundo fueran en lo fundamental técnicos, la Humanidad ya habría logrado la satisfacción de sus necesidades básicas, cuando menos. El sólo hecho que la técnica sea utilizada ampliamente para el sometimiento de unas naciones por otras, demuestra de modo fehaciente que ella no es la panacea de los males que aquejan a los hombres y mujeres en su conjunto.
Mas, no se piense que estamos desestimando lo técnico. No. Pero debemos comprender que ello, por sí sólo, no conduce a nada. Como plantea Octavio Paz citado por Boris Yopo: “No son las técnicas, sino la conjugación de hombres e instrumentos los que cambian una sociedad”. (9) Sin embargo, esta concepción está fuera de la óptica de muchas instituciones educativas, aunque formalmente la hagan o puedan hacerla suya.
En correspondencia con lo antes expuesto, no se puede perder de vista que el técnico o el profesional, cualquiera que sea su campo, no es un fin, sino un medio. En este sentido, importa aún más la personalidad integralmente formada, capaz de sensibilizarse ante los problemas del mundo contemporáneo y de actuar conforme a las necesidades de transformación del mismo lo que, siempre, está lejos de los propósitos del Mercado Mundial, en el que gobiernan monopólica e indiscutiblemente las grandes transnacionales.

Notas:

1.       ¿Educación Superior o Universitaria? http://cirogarcia.blogspot.com/2010/05/educacion-superior-o-universitaria.html
2.      Rodríguez, Mario. “Formalismos académicos”. http://ciidgt.org/boletin/index.php/2010/04/22/formalismos-academicos/
3.      Consejo Nacional de Universidades. Por una reforma universitaria integral. Managua, Nicaragua, Junio 1993. pp. 72-73.
4.      Guzmán Pasos, Francisco. “La universidad y los derechos humanos”. Seminario-Taller "La Universidad y los Derechos Humanos". UNAN-Managua. 7 de Julio de 1995.
5.      Escotet, Miguel A. "Dialéctica de la misión universitaria en una era de cambios".  En: Universidad y Crisis. 1ed. Managua: Editorial UCA, 1992.  p. 43.
6.      Citado por Tünnermann Bernheim, Carlos. Ensayo sobre la teoría de la universidad.  Managua: Vanguardia, 1990. p. 331.
7.      Serrano, Pascual. “¿Cuándo vamos a reunirnos de nuevo para seguir discutiendo de esto?”. http://lapolillacubana.nireblog.com/post/2011/02/17/cuando-vamos-a-reunirnos-de-nuevo-para-seguir-discutiendo-de-esto
8.      Boff, Leonardo. Cómo celebrar el Quinto Centenario. http://www.fespinal .com/espinal/ llib/es44. rtf
9.      Yopo, Boris. La transformación necesaria del ingeniero agrónomo. Proyecto OIT-NIC. 79 010. COPERA. Capacitación para la Organización de productores y el empleo en la reforma agraria. Publicación del INRA y de la OIT. p. 11.
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    * Secretario de Organización, Actas y Acuerdos de la Federación de Profesionales Docentes de la Educación Superior (FEPDES)

martes, 22 de febrero de 2011

VISION DOCENTE SOBRE LA EDUCACION SUPERIOR EN NICARAGUA(*)

VISION DOCENTE SOBRE LA EDUCACION SUPERIOR EN NICARAGUA(*)
Fredy Franco, Secretario General FEPDES-ATD
Exposición en el II Congreso Nacional de Educación Superior, Managua 22-24 Febrero 2011.
CONTEXTO ACTUAL Y PAPEL DE LA EDUCACION SUPERIOR
Estamos convencidos del papel que la educación superior puede jugar como factor de desarrollo en condiciones en que los tiempos históricos y científicos se aceleran vertiginosamente, aunque, por otro lado, también se aceleran la desigualdad y la pobreza en el mundo; se profundiza el deterioro medio ambiental, la crisis económico-social a nivel global y el surgimiento de nuevas enfermedades que exigen respuestas igualmente globales, consistentes y sostenibles, en la que los Estados y también las instituciones universitarias, deben tener un rol central para crear un mundo mejor para todos y todas, sostenible y habitable.
Ese papel implica seguir jugando el papel académico, educativo y científico que le corresponde, haciéndolo cada vez con más calidad y pertinencia, ajustando sus funciones a los requerimientos estratégicos del desarrollo humano integral, a la formación de las capacidades científico-tecnológicas y de auténticos valores humanísticos en función de formar ciudadanos y profesionales con sentido crítico, y con voluntad plena de servicio público, no reduciendo la formación profesional al logro de la empleabilidad ni subordinarla exclusivamente a las demandas del mercado ni de los intereses de las grandes transnacionales. La Universidad debe formar cuadros técnicos y profesionales altamente competentes para la nación y el desarrollo e integración de nuestros pueblos.
El modelo neoliberal surgido desde inicios de los años 80 del siglo XX en los Estados Unidos e Inglaterra, poco a poco se impuso y se extendió en el resto del mundo, sobre todo en los llamados países del tercer mundo, eso se hizo evidente al quitarle al Estado el papel central en el desarrollo, imposición del mercado como la supuesta panacea para resolver todos los males, la imposición de la ideología y conceptos neoliberales, la privatización en casi todos los ámbitos de la vida, incluida la educación. La educación superior desde aquel momento fue afectada por estos procesos sobre todo en la reducción del financiamiento público, la afectación de los derechos de los trabajadores universitarios, una tendencia perversa de precariedad laboral y un fuerte acento de la mercantilización de la educación superior y en consecuencia un crecimiento vertiginoso de las universidades privadas con poca regulación y control de su calidad.
El contexto de globalización obliga a las instituciones de educación superior a un mayor intercambio académico e inversión científica, evitando que la educación superior se  mercantilice; al contrario deben promover una relación solidaria y complementaria en el concierto internacional, asumiendo lo mejor de los desarrollos científicos y pedagógicos actuales en el mundo sin perder la perspectiva de lo pertinente y contextual de las funciones universitarias en los ámbitos locales, nacionales y regionales.
LA EDUCACION SUPERIOR BAJO PRINCIPIOS RECTORES
1-Se debe consolidar el papel de nuestras universidades bajo los preceptos de la educación superior como un bien público y social, como un derecho humano fundamental, sin fines de lucro, orientando y asegurando su misión por el desarrollo integral de la sociedad y la nación.
2-Defendemos como principios también los preceptos de autonomía universitaria, libertad de cátedra y democracia universitaria, que implica la participación de los docentes, trabajadores administrativos y estudiantes en la gestión y desarrollo de la educación superior. Defendemos la autonomía universitaria como una premisa y como necesidad fundamental para asegurar, gestionar y realizar las funciones universitarias, como garantía para hacer vida académica y científica rigurosa y pertinente, en vínculo permanente con la sociedad y el Estado, reafirmando y seguir cumpliendo con las obligaciones de rendición legal y social de cuenta.
3-La universidad debe estar abierta al debate público y debe propiciarlo, convirtiéndose en espacio de reflexión, análisis científico de la realidad y constructor de propuestas para el desarrollo social y nacional. El ser conciencia crítica de la sociedad es una obligación que debemos cumplir permanentemente.
4-Se  debe asegurar –y nosotros luchar permanentemente-  para que se cumplan los derechos sociales y académicos de los docentes y se les brinden las suficientes condiciones para que puedan cumplir con sus responsabilidades académicas y científicas.
5-Defendemos el 6% Constitucional como aporte estatal para asegurar el derecho a la educación superior del pueblo nicaragüense, pero como dice la Ley, el 6% es una garantía mínima, por tanto debemos gestionar y luchar además porque se aseguren aportes extraordinarios preceptuado en la misma Constitución Política, para atender de manera cada vez más pertinente y con mayor calidad las funciones fundamentales que le competen y la cada vez más creciente demanda para ingresar a la educación superior.
6-Asumimos el principio de la interculturalidad, reconociendo la diversidad cultural de nuestro pueblo y el compromiso de luchar para que desde el Estado, en su conjunto, y desde las instituciones educativas como la Universidad, en particular, se trabaje para hacer conciencia de la diversidad cultural de nuestro pueblo, establecer un currículo educativo intercultural, se desarrollen contenidos, métodos y prácticas que atiendan y preserven dicha diversidad. La Educación Superior, en particular, debe contribuir al desarrollo de las capacidades y potencialidades de todos, debe posibilitar que se reconozca, respete y preserve la diversidad cultural.
LAS FUNCIONES UNIVERSITARIAS, SU CALIDAD Y PERTINENCIA
Un reto fundamental de nuestras instituciones es el logro permanente de la calidad y la pertinencia. La calidad de la educación superior se refiere a las condiciones óptimas con la que se deben brindar y desarrollar las funciones universitarias y su impacto relevante en el desarrollo humano. Consideramos que la calidad de la educación superior depende de múltiples factores, incluido las condiciones laborales, didácticas pedagógica y de calidad de vida que se le aseguren al docente, igualmente el aseguramiento de las condiciones de infraestructura pedagógica y científica-técnica, incluido el compromiso de toda la comunidad universitaria con la calidad y el desarrollo.
Estamos comprometidos con la calidad de la educación superior, que se asegurará asumiendo un claro compromiso con la calidad, construyendo el marco legal y normativo adecuado y pertinente, creando una cultura de evaluación permanente, sistemática, sistémica y participativa en función del mejoramiento académico, invirtiendo en los recursos humanos, mejorando la calidad de vida de los trabajadores y docentes, asegurando una mejora salarial sustantiva que en el mediano plazo sea similar al promedio centroamericano, fortaleciendo la actualización permanente y la formación posgraduada del personal docente, asegurando los derechos plenos de los estudiantes y -para los procesos de enseñanza-aprendizaje y de investigación-, asegurar todas las condiciones pedagógicas, didácticas y de infraestructura educativa para hacerla realidad continuamente.
Estamos convencidos que la calidad de la educación crecerá en la medida en que crezca la dignificación, el reconocimiento y la calidad de vida del docente, lo que implica –entre otras cosas- hacer atractiva la carrera docente. Ello exige atender prioritariamente los derechos a salario decente, condiciones laborales atractivas, la convención colectiva y la profesionalidad, incluida la formación posgraduada.
La pertinencia se refiere a lo oportuno, adecuado, necesario y efectivo de la labor universitaria en sus distintos ámbitos, es parte de las exigencias que se nos plantea a la educación superior a nivel mundial y en Nicaragua. La pertinencia implica poner a la Universidad y sus procesos académicos y científicos en función de las necesidades del desarrollo integral de Nicaragua y los nicaragüenses y atendiendo las complejidades y oportunidades del mundo actual. La Universidad debe tener más incidencia y debe estar cada vez más comprometida con el desarrollo social, aportando y poniendo todas sus capacidades en función de ese desarrollo, particularmente en el combate a la pobreza y por un desarrollo económico-social consistente, justo y solidario.
Al mismo tiempo, la pertinencia exige poner el currículo universitario, en su contenido, en función de los actuales y futuros requerimientos del desarrollo, pero también con un sentido de formación integral y humanística que se ha ido perdiendo en la formación universitaria actual.
Debemos promover una educación emancipadora y libertaria, una educación en los derechos y en el compromiso social, en la igualdad y la equidad de género y la interculturalidad, que debe estar en correspondencia con nuestra Nicaragua multicultural, multiétnica y multilingüe. Asumimos no sólo el enfoque sino la práctica de género y generacional, la lucha por la igualdad social es la base para hacer posible la equidad de género.
Al mismo tiempo, debemos incidir para que la Universidad impulse con más fuerza la extensión y participación social, en atención a los requerimientos de los distintos sectores del pueblo, priorizando el desarrollo de la educación superior en las Regiones Autónomas y en las localidades más atrasadas del país.
Es necesario incorporar al currículo universitario –esencialmente- la formación humanística e histórica, que contribuya a la formación integral y comprometida de los profesionales formados en la Universidad.
Se debe trabajar por crear una cultura permanente de evaluación académica y por tanto de aseguramiento de la calidad, uno de cuyos instrumentos son los procesos de evaluación y acreditación de instituciones, programas y carreras, en los que debe asegurar la participación, los aportes y la visión de los docentes universitarios.
Debemos seguir trabajando por la articulación del sistema educativo nacional y contribuir con nuestras propuestas para que se creen las mejores condiciones curriculares, educativas, pedagógicas, didácticas y socio-laborales para el aseguramiento de la calidad.
DERECHOS Y DEBERES DE LOS DOCENTES
En Nicaragua como producto de la lucha histórica de nuestro pueblo y de nuestros sindicatos docentes, incluida la FEPDES-ATD, hemos avanzado en los derechos socio-laborales y académicos de los docentes, pero todavía nos falta mucho para equipararnos con el promedio centroamericano, que es nuestra referencia más inmediata. Ello exige atender prioritariamente los derechos a salario decente de todos los docentes incluido los profesores horarios, condiciones laborales atractivas, la convención colectiva y la profesionalidad, incluida la formación posgraduada.
A la par de nuestros derechos, tenemos múltiples deberes –entre otros- la responsabilidad del docente en fomentar el desarrollo integral de los estudiantes, a fin de que lleguen a ser ciudadanos conscientes socialmente y productivos, capaces de contribuir a la sociedad de una forma solidaria, responsable y con conciencia medioambiental, igualmente nuestro responsabilidad permanente con el aseguramiento de la calidad académica y nuestro compromiso por el avance social desde las instituciones de educación superior.
Eso exige también los derechos y obligaciones para participar e incidir en la vida universitaria de manera activa, tal como lo establece el arto. 125 de la Constitución Política. Las Universidades deben ser ejemplos para su real democratización interna, cumpliendo plenamente con los derechos de participación de los tres estamentos universitarios, asegurando y respetando los derechos del docente, incluida la libertad de cátedra. Se debe cumplir y respetar el marco jurídico laboral existente en el país en defensa de los trabajadores y docentes universitarios, incluido los profesores horarios.
Debemos estar atentos, e incidir desde nuestra visión, para que cualquier cambio, ajuste o actualización del marco legal, del currículo y de las normativas o reglamentos universitarios cuente con la visión, los aportes y el consenso de los docentes, independientemente de si la Universidad es pública, privada o comunitaria. Eso fortalece el consenso universitario y por tanto la autonomía y la vida institucional.
En el siglo XXI nos enfrentamos a diversos retos. Un docente más comprometido socialmente, más preparado científica y pedagógicamente, y con las suficientes condiciones laborales y sociales -de calidad de vida- para enfrentarse a los grandes nuevos retos del mundo y del desarrollo del ser humano de esta época.
Este  nuestro II Congreso dedicado a la memoria del Maestro Rigoberto Sampson Granera debe servir para asumir mayores compromisos de cambio con la educación superior en Nicaragua, fortalecerla en su calidad y pertinencia, en su carácter de servicio público y sin fines de lucro, en el logro de un mayor acceso social a la universidad y en asegurarla como referente científico, cultural y tecnológico para el desarrollo integral de Nicaragua, cumplir con esos propósitos es el mejor homenaje que le podemos tributar al Maestro Sampson Granera, ejemplo de vocación de servicio, de dedicación de tiempo completo a la vida universitaria y de compromiso con los sectores sociales más necesitados de nuestro país.  Que su ejemplo nos guie y nos comprometa en este espacio de reflexión que hoy iniciamos.
Muchas Gracias!
(*) Basada en el documento Posición de la FEPDES-ATD sobre la educación superior en Nicaragua.






Fotografías: Edward Dávila, Sergio Larios y María Dolores Álvarez.








II Congreso Nacional de Educación Superior

Autoridades Universitarias de Nicaragua
Acto de Inauguración del II Congreso Nacional de Educación Superior
Las mesas de trabajo del II Congreso Nacional de Educación Superior debatieron en torno a los siguientes temas:


1. Retos de la  Universidad Pública en Centroamérica
2. Retos de  la Universidad Privada en Cemtroamérica
3. Pertinencia Vs.  Modernidad de la  Universidad Nicaragüense
4. Construcción del Modelo de Aseguramiento de la Calidad Nicaragüense
5. Construcción de la Política Nacional de Ciencia y  Tecnología
6. Alianza Universidad-Empresa
7. La Interculturalidad en la Educación Superior

Al finalizar la jornada de trabajo, las y los participantes escucharon la relatoria de las mesas y se concluyó con el plenario.

Los resultados finales se harán llegar a través de los sindicatos afiliados a la FEPDES-ATD.


Fotografías: Edward Dávila, Sergio Larios y María Dolores Álvarez.

Asistentes al II Congreso Nacional de Educación Superior

11:20-11:35 “Visión Docente sobre la Educación Superior en Nicaragua” por Fredy Franco, Secretario General de FEPDES

CONSEJO NACIONAL DE UNIVERSIDADES (CNU)
"II CONGRESO NACIONAL DE EDUCACIÓN SUPERIOR"
"Rigoberto Sampson Granera In Memoriam"
PROGRAMA
Día martes 22 de febrero
8:00 - 8:30 am. Registro de participantes
8:30 - 9:00 Acto Inaugural
9:00- 9:15 "Retos de la Universidad Pública en Centroamérica"
Dr. Juan Alfonso Fuentes Soria, Secretario General del CSUCA
9:15- 9: 30"Retos de la Universidad Privada en Centroamérica"
Dr. Ernesto Medina Sandino, Rector de la UAM
9:30-9:45 "Pertinencia y Modernidad de la Universidad Nicaragüense"
Dr. Telémaco Talavera, Presidente del CNU/Rector UNA
9:45-10:00 "Construcción del Modelo de Aseguramiento de la Calidad de la Educación en Nicaragua"
Dr. Guillermo Martínez Molina, Vicepresidente del Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación
10:00-10:15"Construcción de la Política Nacional de Ciencia y Tecnología"
MSc. Abel Reyes, CONICYT
10:15-10:35RECESO
10:35-10:50 "Alianza Universidad-Empresa"
Lic. José Adán Aguerri, Presidente del COSEP
11:50-11:05 "Visión Parlamentaria de la Educación superior en Nicaragua''
Dr. Edwin Castro, Diputado, Asamblea Nacional de Nicaragua.
11:05-11:20 "La Interculturalidad en la Educación Superior"
MSc. Alta Hooker Blandford, Rectora de la URACCAN
11:20-11:35 "Visión Docente sobre la Educación Superior en Nicaragua"
Lic. Freddy Franco, Secretario General de la FEPDES

lunes, 21 de febrero de 2011

II Congreso Nacional de Educación Superior - Nicaragua



II Congreso Nacional de Educación Superior en Memoria a Rigoberto Sampson Granera
Escrito por Lucy Mendez  
Viernes 18 de Febrero de 2011 09:15

El Consejo Nacional de Universidades (CNU) realizará los días 22, 23 y 24 de febrero el II Congreso Nacional de Educación Superior en Memoria a Rigoberto Sampson Granera.

La actividad se llevará a cabo en el Hotel Crowne Plaza a partir de las 8 de la mañana.

Se abordarán temáticas importantes, aquellos aspectos a tomar en cuenta para el plan estratégico de diez años partiendo de la educación superior que Nicaragua necesita.

En ese sentido se expondrán los retos de la universidad pública en Centroamérica, y privada, pertinencia Vs. modernidad de la universidad nicaragüense, construcción del modelo de aseguramiento de la calidad nicaragüense, construcción de la política nacional de ciencia y tecnología, la visión parlamentaria de la educación superior pública y privada, interculturalidad en la educación superior.

Éstas temáticas estarán a cargo de excelentes expositores de las universidades privadas y públicas, del Consejo Superior de la Empresa Privada en Nicaragua COSEP, Consejo Superior Universitario Centroamericano CSUCA, Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, CONICYT, de Nicaragua, entre otras.

Ver más en: http://www.cnu.edu.ni/index.php?option=com_content&view=article&id=236:ii-congreso-nacional-de-educacion-superior-en-memoria-a-rigoberto-sampson-granera&catid=1:seccion-de-noticias-del-cnu&Itemid=2

jueves, 17 de febrero de 2011

XIX Juegos Nacionales de Docentes Universitarios

Comité Ejecutivo Nacional FEPDES y Secretarios Generales

Competencias de Ajedrez
Competencias de Ajedrez
Competencias de Billar
Competencias de Billar
Papi fútbol
Equipo de BICU
Atletismo
Juramentación de atletas
Juramentación de atletas
Juramentación de atletas
Palabras de agradecimiento del maestro Apolonio Palacios
Entrega de reconocimiento al maestro Apolonio Palacios
Juramentación de atletas
Juramentación de atletas
Juramentación de atletas
Juramentación de atletas

jueves, 10 de febrero de 2011

VIII Conferencia Científica del Consejo Nacional de Universidades

Investigadoras e investigadores destacan en su liderazgo gremial y académico a través de su participación en la VIII Conferencia Científica del Consejo Nacional de Universidades, la cual se realiza bajo el lema "Incentivando la Ciencia y la Tecnología para el desarrollo en tiempos de cambio".

Con el Auditorio Salomón de la Selva" de la Univesidad Nacional de Ingeniería (UNI) totalmente lleno, hoy miércoles 10 de febrero de 2011, se realizan las presentaciones de las 75 investigaciones realizadas: 19 Ciencias Agropecuarias, 13 Ciencias Naaturales y Exactas, 18 Ciencias Sociales y Humanidades, 7 Ciencias de la Salud y 13 Ingeniería y Tecnología.

La Federación de Profesionales Docentes de la Educación Superior (FEPDES-ATD) saluda el esfuerzo sostenido de nuestras afiliadas y afiliados que marcan una posición de avanzada en el desarrollo de la ciencia en nuestro país.